En un descuido del hada madrina, Cenicienta se apropia de la varita mágica. No se conforma con ser princesa por un día, quiere venganza. A la madrastra la transforma en hiena y a sus hermanastras en ratas. Ya ajustará cuentas con el príncipe; hoy no le apetece comer perdices.
Ayer celebraba el cuarto aniversario de mi blog de palíndromos y hoy le toca a este (parece que en mayo "florecen" mejor). Pues bien, tal día como hoy, hace 3 años, comenzó a navegar este barco al que bauticé con el nombre de "Tampoco tengo prisa" y al que tengo un poco abandonado últimamente.
Gracias a todos por estar ahí apoyándome, en especial a mis dos grandes amigos: una encantadora hada del bosque y un rapsoda con cara de mafioso que están empeñados en que deje a un lado la maldita pereza y me ponga a escribir en serio.
Abrazos.