Desde entonces escribo.
Desde que mamá me distinguió con el honorable título de "escribidora de cartas".
viernes, 5 de abril de 2013
Obsesión
Entre "nunca" y "quién sabe" siempre hay un hilo
de esperanza. A él me aferro. Con devoción. Como lo hace la boa constrictor al
abrazar a su presa. Y no lo soltaré hasta que tus labios moribundos me susurren
al oído:" te quiero".
Me gusta el recurso de la boa constrictor como símil de ese sentimiento obsesivo, así como esa mezcla entre amor y oscuridad (esos labios moribundos...) Molt bé, molt bé :)
Qué bonito! Así debe ser, sin ahogar claro.
ResponderEliminarEs lo que tienen las obsesiones, que suelen asfixiar.
EliminarUn abrazo, Ximens.
Me gusta el recurso de la boa constrictor como símil de ese sentimiento obsesivo, así como esa mezcla entre amor y oscuridad (esos labios moribundos...) Molt bé, molt bé :)
ResponderEliminar:-)
EliminarGracias, Raúl.
Un abrazote.
La esperanza es lo último que se pierde pero agarrarla hasta convertirse en una obsesión puede resultar peligroso.
ResponderEliminarMuy bueno, MJ !!!
Besos!!!
Ni tanto, Atenea. Las obsesiones no son buenas.
EliminarUn abrazo, guapa.
Apresar la esperanza y no soltarla hasta que ya no sea necesaria, hasta que los deseos hayan vencido y se hagan realidad.
ResponderEliminarUn abrazo, MJ.
Eso es, Miguelángel.
EliminarUn abrazo.
El amor siempre nos lleva por caminos insospechados.
ResponderEliminarEn cualquier caso, las obsesiones no son para nada saludables ¿verdad?
EliminarBesines, Nel.