Un escalofrío estremeció a la muchedumbre arremolinada en torno a la hoguera...
Los alaridos de aquella bruja, al ser alcanzada por las llamas, no eran humanos. Provenían del mismísimo infierno.
Con este micro pasé a la 3ª ronda de la V edición de las Microjustas Literarias. El tema: Brujería.
Enhorabuena, MJ !!! El relato es buenísimo, breve pero muy conciso. Las palabras justas para transmitir un gran mensaje.
ResponderEliminarBesosssssss!!!
Es lo que me salió pensando en el tema de la brujería.
EliminarGracias, ATENEA.
Un besazo.
Enhorabuena por esa 3ª ronda. El micro me gusta, la imagen que transmite es inquietante.
ResponderEliminarBesitos
Gracias, Elysa.
EliminarUn beso.
MJ, ¡Cuántas brujas quemó la inquisición! Muchas sin razón y otras tantas, siguieron en libertad hasta nuestros días.
ResponderEliminar¡Excelente micro que tuvo su premio!
Un abrazo, Artista.
Con él obtuve el pase a la siguiente ronda. Una gran alegría.
EliminarGracias por tus ánimos, siempre, Nicolás.
Un abrazo.
O sea, que esta vez ¿sí acertaron con la bruja?
ResponderEliminarEs lo que tiene tanta hoguera, que en la Edad Media entre apestados y quemados, casi se queda sin gente...
Enhorabuena, MJ.
Un beso.
Esta era una bruja mala, sí ;-)
EliminarGracias, Petra.
Un beso.
Qué bueno, MJ. Una expresión literal.
ResponderEliminarYo tengo una amiga bruja que siempre está hablando de lo bien que se lo pasan en el infierno. A ver si este verano puedo ir...
Abrazos.
...al infierno? ¡Uf! ¡qué calor y qué valor! ;-)
EliminarUn abrazo.
Ja,ja ...qué bueno esto de quemar brujas "reales". Conozco alguna que otra, pero nunca la quemaría. Más bien son "brujillas" y de infiernos no conocen nada.
ResponderEliminarBesos MJ, me gusta tu Maleficae.
Las brujillas no son maléficas, así que nada de hogueras :-)
EliminarGracias, Laura.
Un beso.
Buen texto para esas temibles Microjustas. Veo que en esta edición llevas un buen caballo. Un beso.
ResponderEliminar¡Jeje! Sí, esta vez mi caballo ha aguantado en pie hasta la 4ª ronda, como un jabato.
EliminarUn beso, Mar.
Alucino con los justeros, cuanto en palabras tan justas
ResponderEliminarHay que condensar al máximo, ya sabes :-)
EliminarUn besazo, Luisa.
Uy qué tétrico, aunque no es de extrañar que ante semejante castigo la pobre emita semejantes alaridos :P
ResponderEliminarEra una bruja mala, Gabriel :-)
EliminarUn abrazo.
Si el mismísimo infierno rugió el dolor de aquella bruja, significa que en esa ocasión el inquisidor atinó con su entonces máxima sentencia.
ResponderEliminarQue bueno que ya quedaron atrás las épocas de las hogueras y los tormentos. Si acaso la justicia divina existiera como tal, en el averno han de habitar más inquisidores y verdugos que hechiceros, por todos los abusos y tormentos que en miles infringieron.
Punto aparte. Tus letras me hechizan, tus narrativas me embrujan, en resumen me tienes encantado… ¿serás acaso una brujita?... de las buenas por su puesto.
¡Saludos!
Ella era una bruja maléfica, pero los inquisidores y los verdugos lo eran aún más.
EliminarNo te quepa duda, Juan Carlos, de que bruja o no, soy buena persona ;-)
Un abrazo.
Te felicito por tu participación en estas justas y por este relato con el que me descabalgaste ¡buaaaaa, buaaaaaa!.
ResponderEliminarQue sepas que no te guardo rencor :D
Abrazos y besos.
¡Haaaaala! Así que tú eras Xana...
Eliminar¡Joooooo! Siento haber sido yo la que te descabalgara, Esperanza.
¡¡Uff!! Menos mal que no eres rencorosa.
En las próximas nos vemos ¿sí? :-)
Un besazo.
Claro que sí, y entonces me tocará a mí descabalgarte a tí, recuerdalo, ja,ja,ja.
ResponderEliminarUn besote.
Ja ja ja!! Lo recordaré, guapa.
EliminarUn beso.
Es que los nanomicros consiguen, como es en este caso, un mundo en la cabeza del que los lee.
ResponderEliminarBesos.
Encantada de que así sea, Tor.
EliminarUn beso.