Desde entonces escribo.
Desde que mamá me distinguió con el honorable título de "escribidora de cartas".
viernes, 8 de junio de 2012
Juego de niños
-¿Que no me atrevo? Ahora verás... La piedra salió disparada del tirachinas y fue a dar en plena calva de don Froilán, que cayó fulminado. El pajarillo salió volando, completamente ileso.
El pajarillo era el pretexto y don Froilán era el objetivo. Qué pillines estos niños!!! Me gusta la doble interpretación que le brindas al lector. Muy bueno, MJ !!! Besos !!!
Un Guillemo Tell de resortera, tocado en su orgullo pavonea una capacidad que no tiene. Dispara a su objetivo desnudando su pobre destreza provocando un resultado calamitoso. Me encantó esta historia, y por moraleja yo le pondría: No es suficiente tener las herramientas (el cargo o el poder) y expresar optimismo de alcanzar la meta, porque si no hay capacidad en quien asumen el reto, los desastres llegarán por consecuencia… (Cualquier político o gobernante parecido al protagonista del cuento, es pura coincidencia). ¡Saludos!
Pd: Leerte es pasear de la mano con tu imaginación y luego gracias a ti, sentir que empezamos a volar, pero ya por nuestra cuenta.
Me gusta mucho MJ porque no me queda claro si el niño apuntaba a la calva de don Froilán o al pajarillo. A mí me da que ha acertado. Un beso.
ResponderEliminarPodemos suponer donde apuntaba el niño ¿verdad? ;-)
EliminarGracias, Mar.
Un beso.
Así es. La ambigüedad se lleva el cuento. Buenísimo! Beso grande, MJ!
ResponderEliminarGracias, Sandra.
EliminarUn beso.
El pajarillo era el pretexto y don Froilán era el objetivo. Qué pillines estos niños!!!
ResponderEliminarMe gusta la doble interpretación que le brindas al lector.
Muy bueno, MJ !!!
Besos !!!
Me alegra que te guste, ATENEA.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno, MJ. ¡Qué forma de focalizar la esencia del relato! Con una palabra se descubrir la trama.
ResponderEliminarUn beso.
El mérito es de la perspicacia del lector :-)
EliminarUn abrazo, Petra.
jajaja opino como Mar... ¿a dónde apuntaba el niño???
ResponderEliminarsaludillos
¡Quién sabe! ;-)
EliminarUn beso, Puck.
¡Excelente, MJ! Nos nos puedes contar más en menos. Tienes una manejo de la elisión que da buena nota de tu talento para este genero.
ResponderEliminarMe marcho de tu casa con una sonrisa puesta.
Un abrazo,
Me gusta lo breve, Pedro :-)
EliminarUn abrazo.
MJ, ¿este relato lo he leído en algún sitio? Me gusta su picardía infantil y ese accidente que solo se puede producir a esas edades.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo, Artista.
Claro que sí, Nicolás. Me lo serviste en bandeja ;-)
EliminarUn abrazo.
Muy bueno tu micro, y el dibujo....de dulce.
ResponderEliminarNo se puede decir más, con menos palabras.
Bss, Pe.
¿Te ha gustado? Me alegro :-)
EliminarUn beso, Ro.
Un Guillemo Tell de resortera, tocado en su orgullo pavonea una capacidad que no tiene. Dispara a su objetivo desnudando su pobre destreza provocando un resultado calamitoso.
ResponderEliminarMe encantó esta historia, y por moraleja yo le pondría: No es suficiente tener las herramientas (el cargo o el poder) y expresar optimismo de alcanzar la meta, porque si no hay capacidad en quien asumen el reto, los desastres llegarán por consecuencia… (Cualquier político o gobernante parecido al protagonista del cuento, es pura coincidencia).
¡Saludos!
Pd: Leerte es pasear de la mano con tu imaginación y luego gracias a ti, sentir que empezamos a volar, pero ya por nuestra cuenta.
Y contar con lectores tan sagaces como tú, es todo un lujo.
EliminarGracias por tu comentario, Juan Carlos.
Un abrazo.
Y vaya que es cosa de niños, pobre de Don Froilán que no se esperaría tal ataque, ahhhh pero qué chamacos :P
ResponderEliminarTravesuras de niños :-)
EliminarUn abrazo, Gabriel.
¿Seguro que era al pajarillo a donde quería acertar? No sé yo...
ResponderEliminarBesitos
Me temo que no, Elysa ;-)
EliminarUn beso.
Algo le habría hecho don Froilán a ese crío, seguro. El pajarillo solo estaba ahí para indicarle dónde tenía que apuntar.
ResponderEliminarMe gusta la velocidad y determinación que transmite el micro.
Un abrazo :)
Jaja, no se me había ocurrido, Ximo, pero es una posibilidad.
EliminarOtro abrazo para ti.