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Pensando únicamente en
una de ellas, Matías “el tostao”, se dirige al club como hace cada noche desde que la conoció cuatro años atrás. Enamorado
como un adolescente, pero supersticioso como el que más, espera con impaciencia
la fecha de caducidad del maleficio. Entonces, sólo entonces, la sacará de allí.
Y Sonia será la esposa que siempre soñó, la madre de unos niños rubios de
mirada azul que llenarán de luz hasta el último rincón de su negra vida.
Concurso Minificciones en Cadena (12ª quincena) de Triple C.
Preciosa historia la que encierras en este pequeño relato MJ, me gustó mucho cuando la leí.
ResponderEliminarUn abrazo desde mi mar,
Me satisface saber que te ha gustado :-)
EliminarUn beso, Yashira.
Maleficios con fecha de caducidad...Muy ingenioso. Me encanta la frase final MJ.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Jeje, bueno sí, pensé en los siete años de mala suerte cuando se rompe un espejo, según los cánones de la superstición. Transcurridos esos siete años, el maleficio caduca :-)
EliminarUn beso, Rosa.
MJ, un gran relato finalista de esta quincena. Los asuntos del amor son de esta forma, la paciencia y el respeto hacia esa amada que ahora no puede serlo.
ResponderEliminarEstoy seguro que cuando el maleficio caduqué, serán felices toda la vida.
Un abrazo, Artista.
PD: ¡Enhorabuena por ser finalista!
Gracias, Nicolás. Igualmente.
EliminarNo dudes que hay maleficios que caducan ;-)
Un abrazo.
Me ha gustado tu texto, MJ. ¿Los maleficios caducan de verdad, o solo cuando acaban las supersticiones? Esa duda, para mí, plantea el cuento. Me gusta la esperanza que transmite y la fidelidad de él hacia ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ahí le diste, Sara. Esa es la cuestión, sí señora.
EliminarUn beso.
Es un micro precioso que encierra esperanza, de la que estamos muy faltos. Un beso.
ResponderEliminarMientras hay vida, hay esperanza :-)
EliminarUn beso, Mar.
¡El amor! siempre liberador... Me instalo por un rato en este destello de luz que es tu relato. Un abrazo MJ
ResponderEliminarGracias, Isabel.
EliminarUn abrazo.
Me acabo de enterar de que los maleficios tienen fecha de caducidad. Por aquí no piensan lo mismo y acuden a brujos, meigas y curanderas para sacar el "mal de ollo". Yo no soy nada supersticiosa pero estos temas me imponen mucho respeto. El relato muy bonito y con claras expectativas.
ResponderEliminarBesos, MJ !!!
Pues fíjate que sí, ATENEA ;-)
EliminarUn besote.
Y para mí que este es un relato sobre la inocencia, personificada en El Tostao.
ResponderEliminarBuen trabajo, MJ. Narrado con una prosa cuidada, armoniosa y con una buena carga de ironía sutil.
Un abrazo,
Algo de eso hay, Pedro.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo.
No lo pillo, quizá porque no he visto la peli? No soy el único, un primo mío tampoco la vió.
ResponderEliminarVolveré, uy, si volveré.
¿Lo dices por la caducidad del maleficio? Jeje, te recomiendo que vayas a ver la peli, sí ;-)
EliminarUn abrazo, Miguelángel.
Qué bonito el relato. El mejor aliado del amor es el tiempo, pero sobre todo no tener prisas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya lo creo que sí, Gloria.
EliminarUn beso.
Precioso el relato, pero alguien deberia explicarle al tostao que eso de los maleficios ya pasó a la historia.
ResponderEliminarQue viva su amor de una vez por todas!
Besitos mediterráneos.
Es un poco anticuado ¡qué se le va a hacer! :-)
EliminarUn besote, Gala.
Caducan los maleficios o caducan con las superticiones? Igualmente me gusta tu micro, es tierno y transmite esperanza y amor.
ResponderEliminarBesitos
Tengo entendido que si se te rompe un espejo son 7 años de mala suerte. Con lo cual, pasado el tiempo reglamentario se acabó el maleficio ¿no? ;-)
EliminarUn beso, Elysa.
No me entero. Leyendo comentario veo que hay que ver una pelicula o saber de qué va el concurso. No digo nada, pues.
ResponderEliminarNo hay que ver ninguna película (era broma). Lo cierto es que si hay algo que no se entiende, el problema es mío. Me han faltado datos, supongo.
EliminarGracias por venir, Ximens.
Un abrazo.