Que bonita manera de hablar de algo que, al menos para mi genera tan poco entusiasmo...
La plancha.. esa amiga olvidada y pesada con la que nunca me apetece tomar café... aunque si he de hacer caso a tus palabras y me transporta a un mar de colores...hmmm tal vez me lo piense y me ponga un ratito esta tarde..
Así así, no hay que cansarse de imaginar aunque estemos con las tareas más rutinarias. Me encanta la imagen, y también la imagen que evocas con tus palabras.
Desde luego le emulas muy bien!!!
ResponderEliminarUn beso desde el aire
Rosa, ante todo, trato de ser su discípula.
ResponderEliminarUn beso desde el sur ;-)
Me encantan las greguerías. Ésta es buenísima. La ropa de colores, un mar de mil colores.¡Qué ingenio!
ResponderEliminarMuchos besos,MJ.
¡Exacto, ATENEA! ;-)
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Estás haciendo de este nuevo blog, una preciosura de cuidado y esmero como el anterior.
ResponderEliminarEnhorabuena, amiga!
Un abrazo
Pues... en mi casa navegaría sobre un Mar Negro.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Oh! Muchas gracias, Patricia.
ResponderEliminarUn beso grande.
¡Jeje! Bueno, pues el mar Negro también vale, Ainhoa :-)
ResponderEliminarUn beso.
Encantador símil.
ResponderEliminar:-)
ResponderEliminarUn beso, Luis.
Que bonita manera de hablar de algo que, al menos para mi genera tan poco entusiasmo...
ResponderEliminarLa plancha.. esa amiga olvidada y pesada con la que nunca me apetece tomar café... aunque si he de hacer caso a tus palabras y me transporta a un mar de colores...hmmm tal vez me lo piense y me ponga un ratito esta tarde..
Que genial eres!!
Un besito fuerte.
Los quehaceres domésticos son tan rutinarios y aburridos que hay que ponerles imaginación para hacerlos atractivos.
ResponderEliminarGracias, Galatea :-)
Un beso grande.
Así así, no hay que cansarse de imaginar aunque estemos con las tareas más rutinarias.
ResponderEliminarMe encanta la imagen, y también la imagen que evocas con tus palabras.
Un beso
Me encanta la imagen y esta greguería e muy buena.
ResponderEliminarBesitos
:-)
ResponderEliminarGracias, Ximo.
Un beso.
Y yo encantada de que te guste, Elysa.
ResponderEliminarBesos.
Si que es verdad. En eso deberían pensar las amas/os de casa cuando se tiran horas planchando.
ResponderEliminarBesos.
Eso es, hay que dejar volar la imaginación mientras las manos trabajan.
ResponderEliminarUn beso, Tor.
Que gran verdad. Nunca lo había visto de ese modo. :)
ResponderEliminarYo tampoco. Fue un soplo de mis musas ;-)
ResponderEliminarUn beso, Juan Carlos.