miércoles, 5 de junio de 2013

Por amor al prójimo


Sentía tanta pena por el dolor ajeno que se hizo enfermera. 
Tras treinta años como profesional, mantiene intactas su vocación y su sonrisa mientras administra una nueva inyección liberadora.

10 comentarios:

  1. Yo quiero un trabajo así :-)

    Un fuerte abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Y es que hay gente que hace lo que sea necesario por el prójimo. O quizás por uno mismo, quién sabe ;)
    Ains, quién serás, quién serás...?

    ResponderEliminar
  3. Estoy convencido de haberte expresado mi admiración por los que participáis en las microjustas, MJ. Me gusta esa doblez en la lectura que nos dejas de regalo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Mira, nunca me había planteado que algunas vocaciones vinieran por pena. ¡Buena idea sí señora!.

    Un besote desde Vitoria mojada, nuevamente mojada y húmeda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ya ves, todo es posible, querida Laura :-)

      Un beso desde Baeza seca y fresquita.

      Eliminar
  5. Qué bueno, vaya joya de las microjustas! El viernes además vi la peli One million dollar baby, que el final es como este micro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Puri. Celebro que te haya gustado.

      Un besito de chocolate.

      Eliminar