viernes, 5 de agosto de 2011

Ronda nocturna

                                                                                                                                                               
                                                                               
Faltaban sólo dos días para el examen de selectividad y yo me encontraba en esa hora indeterminada de la noche en la que no sabes si duermes o velas, tratando de asimilar toda la sabiduría de los grandes filósofos. Por aquel entonces odiaba profundamente la Filosofía así que aparté la vista de los apuntes para contemplar, a través de la ventana, la negra noche repleta de estrellas que invitaba a soñar. En ésas estaba cuando noté que unos ojos me miraban fijamente desde el otro lado de la ventana. En un primer momento creí que se trataba del reflejo de los míos en el cristal, pero eso era imposible… ¡La ventana estaba abierta!
¡Bah! –pensé- serán imaginaciones mías. Cerré los ojos convencida de que al volver a abrirlos esa mirada se habría esfumado, pero me equivoqué. Allí seguía, sin inmutarse.
Debo confesar que sentí cierto desasosiego ante aquella inexplicable visión. Incluso llegué a pensar que un espíritu atormentado había decidido hacerme la puñeta.
A punto estaba de reconocer que se me había ido la olla, cuando aquel ‘jodío’ gato, harto ya de mirarme, se dispuso a seguir su ronda y de un salto desapareció.

20 comentarios:

  1. ja ja, no siempre es todo tan tenebroso como imaginábamos!
    Me has pillado, como dicen ustedes, con este final.
    Esperaba al horror y vos me regalaste una sonrisa. Gracias amiga.

    Besos

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  2. MJ cuando uno está o estaba estudiando cualquier cosa despista y se alcanza tal grado de trance que pueden pasar estas cosas "extraordinarias". Me ha gustado mucho este "engaño" que has hecho en la historia.
    Un abrazo.

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  3. Jajaja. Cierto desasosiego, dice tan tranquila.

    Besos desde el aire

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  4. Lo que hace la imaginación... el sueño y el cansancio por el estudio...
    Pobre gato...
    Seguro que se asustó mas que el aprendiz de filósofo..

    Besos mil.

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  5. La noche estimula en exceso la imaginación. Cualquier ruido o sombra en la noche puede convertirse en una historia para no dormir.
    Magnífico relato, MJ.
    Un besazo.

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  6. Buen final, MJ. La verdad es que hasta llegar a esa frase me has hecho imaginarme unas cuantas posibilidades y ninguna buena.

    Besitos

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  7. La mirada del gato es tenue, casi sin mirar, te escruta.

    Blogsaludos

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  8. Solo quería llamar la atención, una vez conseguido su objetivo siguió su paseo nocturno.

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  9. Gracias a ti por tu generosidad, Patricia.

    Un beso.

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  10. Así es, Nico. Uno se despistaba con una mosca :-)
    Me alegra que te haya gustado.

    Un beso.

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  11. Rosa, pero ¿te has asustado de verdad? ¡Jajaja!

    Un besote.

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  12. Más que asustarse, supongo que el gato se sorprendió al verme.

    Un beso, Gala.

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  13. Gracias, ATENEA.
    Celebro que te guste :-)

    Bicos.

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  14. De eso se trata, Elysa. Si descubro antes al gato, la historia perdería interés ¿no crees?

    Bessets

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  15. ¿Tenue? Yo diría penetrante, Adivín, casi hipnotizadora.

    Abrazos.

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  16. No sé, Montse, yo más bien creo que se sorprendió al verme y ya sabes el dicho 'la curiosidad mató al gato'... Vamos, que son muy cotillas ;-)

    Un beso.

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  17. Menudo susto, jajaja. Después de todo podía haber sido algo menos real. Estuve intrigada todo el tiempo. Un bessito

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  18. ¡Jeje! Me gusta la intriga.
    Gracias por venir, MEN.

    Un besito.

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  19. Un microrrelato sencillo y a la vez hermoso. Esa sencillez lo hace aún más hermoso. Y no le falta esa pequeña sorpresa (también sencilla) del final. Me sentí dentro de la escena.
    Un cariñoso abrazo

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  20. Celebro que hayas disfrutado leyendo este micro, Luis.

    Un abrazo.

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