sábado, 20 de octubre de 2012

Desayuno

En mi casa hay un duende graciosillo, que todas las mañanas vuelca mi taza y se muere de risa cuando mamá me da un pescozón.

22 comentarios:

  1. jejejeje y todos son así, habrá que hacerse de una forma de que vea lo que se siente ser objeto de burla ¿a que no? :)

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    1. Los duendes se divierten haciendo travesuras, si no no serían duendes :-)
      Un abrazo, Gabriel.

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  2. Jajajá...en mi casa hubo una época en la que debía haber una tribu de duendecillos ...aunque nunca les pillé con las manos en la masa.

    besos MJ ¡muy divertido!.

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    1. No hay quien los pille, Laura. Son listos y escurridizos :-)

      Un beso.

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  3. Aiiins, qué poco me queda a mí para tener que lidiar con esos duendecillos. Tan divertido como entrañable, MJ.

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    1. Ja ja, deberás armarte de paciencia, Raúl. Sobre todo cuando se le derrame la sopa de 'fideos' ;-)

      Un abrazo.
      ¡Ah! y un beso para Rapsito.

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  4. Entrañable entrada. ¡Me hiciste sonreir!
    ...Y me encantan los duendecillos y sus travesuras.
    Un abrazo cariñoso, MJ.

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  5. MJ, menudo amiguito se ha buscado que por sus fechorías luego recibe él las "caricias" maternas. Y es que hay que tener cuidado con las compañías a los que no se arrima.

    Un abrazo, Artista.

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    1. Ja ja, un amiguito bastante gamberrete, desde luego.

      Un abrazo, Nicolás.

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  6. Ja, ja,ja..........que bueno, yo tb pasé por esa faceta.
    Las caricias, son cosas de madres........los pescozones, de abuelos ¿no?
    Bss Pe

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    1. Ja ja ja, es cierto, los pescozones y los combos del abuelo.

      Un besote, Ro.

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  7. ¡Cuántos duendecillos traviesos nos rondan! Es bueno tenerlos a mano para echarles las culpas de nuestras travesuras.
    Entrañable, MJ !!!
    Besos!!!

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  8. ¡Qué identificado me has hecho sentir, MJ! Soy hijo único y en mi casa pululaban los duendecillos. :-)

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    1. En ese caso, no había ninguna duda ;-)

      Un abrazo, Pedro.

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  9. Cuando yo era niño y me servían avena en el desayuno llegaba un duendecillo y volcaba mi taza. Recuerdo que mi padre no me creía y me reñía por ello, pero mi madre encontró la solución para espantar al intruso. Reemplazó la avena por una taza de leche y nunca más se apareció el duendecillo (Coincidencias de la vida o sabiduría de madre).
    He disfrutado mucho tu relato.
    ¡Saludos!

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    1. Es un hecho que las madres son/somos adivinas, economistas, administradoras, psicólogas, enfermeras, cocineras, etc. ¡Cómo no van/vamos a ser sabias! :-)
      Me alegra que te haya gustado este minirrelato, Juan Carlos.

      Un abrazo.

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  10. Jejeje, yo creo que duendecillos de esos los ha habido siempre a lo largo de mi vida y los habrá.

    Un abrazo, MJ,

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    1. Suelen estar presentes en algún momento de nuestra vida, sobre todo cuando somos niños :-)

      Un abrazo, Miguelángel.

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  11. Cuando era niña esos duendecillos aparecían con las coles de bruselas y yo agradecida, muy agradecida...

    Jajajaja, me encanta, MJ

    Besitos

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    1. Ja ja, y te tiraban el plato ¿verdad?

      Un beso, Elysa.

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