En muy pocas ocasiones se derrite un corazón de hielo. Está siempre dentro de su cámara frigorífica y solo se descongela cuando muere su cuerpo.Haces bien en quemar poemas de pasión fria que no van con los trópicos de tu corazón.
Un corazón de hielo ciertamente no nació congelado, tomando las palabras "de polvo eres y en polvo te convertirás", solo un valiente le haría frente a un corazón así tan congelado para descubrir lo que las frías capas de hielo quieren ocultar... nunca un diamante nació sin estar cubierto de cruda piedra...hay razones como malos sabores que le quitan el calor latente a corazones de los sirvientes de la pasión.
Qué bueno, me encantó :)
ResponderEliminarUf... la pasión no sirve de nada ante un corazón congelado...como mucho como una levisima caricia que a poco nos hiela la mano...
ResponderEliminarPor qué será que derrochamos calor escrito al corazón mas helado?
Tal vez, no nos damos cuenta que prefiere seguir hibernando...
Brillante MJ... brillante.
un besazo.
Jolin Gala, me pisas los comentarios!!!
ResponderEliminarMj. Gala ha dicho muy requetebien lo mismito que estoy yo pensando.
Una entrada buenisima.
Besos desde el aire.
Gracias, Ainhoa.
ResponderEliminarUn beso.
Cierto, Gala. A este corazón no hay verso que lo derrita.
ResponderEliminarGracias, amiga :-)
Besotes.
Bueno, haya paz!! ;-)
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, Rosa.
Y mil gracias por tu generosidad.
Y un besazo.
Ay! No estoy segura de que sea una buena decisión. No creo que ese corazón mereciera tal sacrificio.
ResponderEliminarBellas palabras amiga.
Un abrazo
Si es por una buena causa... El problema sería quemarlos y que no se derrita ni un cachito ! Me encantó!Saludos van!!
ResponderEliminarNo sé si merece la pena si ese corazón es de hielo, no sé...
ResponderEliminarBesos
No me gustan nada los corazones de hielo. Yo no arriesgaría mis poemas de amor por un corazón así, podrían quedar congelados también.
ResponderEliminarBesos cálidos!!!
Ardua tarea para tan escalofriante fin, mejor quemar tristezas con olorosas soledades, el frío es más seco.
ResponderEliminarBlogsaludos
Digamos que fue su último intento por ablandarlo.
ResponderEliminarGracias, Patricia.
Un beso.
Cabe esa posibilidad, Sandra.
ResponderEliminarGracias por venir. Un placer recibirte.
Besos.
Pero ella estaba convencida de poder conseguirlo, Elysa.
ResponderEliminarBesos.
A mí tampoco, ATENEA.
ResponderEliminarBesotes.
Buena idea, Adivín. Mejor quemar las trsitezas :-)
ResponderEliminarBesos.
MJ ¿Lo consiguió? Espero que sí, a la pasión pocos corazones se resisten.
ResponderEliminarUn gran micro, un beso.
MJ, cada vez mejor, qué más decir?
ResponderEliminarQue me ha encantado esa hoguera para calentar las pasiones.
Abrazo!!
Si se ha congelado ya no hay nada que hacer..Pero por intentarlo no se pierde nada, era su último acto de amor. GENIAL MJ.
ResponderEliminarUn bessito
¡Mmmmmm! Me temo que no, Albajara.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Cuánto me alegra que te guste!
ResponderEliminarGracias, Sucede.
Un abrazote.
Exacto, MEN. Hay que intentarlo todo.
ResponderEliminarGracias y besos.
Alto precio el que pagaron sus letras, espero al menso que sirviera para algo.
ResponderEliminarMe gustó mucho MJ.
Un abrazo
Quiero creer que sí :-)
ResponderEliminarGracias Ángeles.
Un abrazo.
Jo, qué despistada soy, hasta ahora no he conocido este otro blog tuyo... ¡y me ha encantado! Eres muy buena escribiendo, te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo, pasa un buen fin de semana.
Bienvenida también a este blog, Gloria.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste :-)
Un beso, guapa.
No habrá quien le dé calor a ese corazón, tal vez si prueba a escribir lo suyos propios ahora, en su presente...
ResponderEliminarMe encantó María José, pocas palabras que están llenas de mucho.
Un abrazo
Demasiado congelado para reaccionar.
ResponderEliminarGracias, Ximo :-)
Abrazos.
Muy, muy original este micro.
ResponderEliminarEsos poemas podían incluso arder de forma espontanea.
Besos, Mariajo.
¡Jeje! Sí debían de ser explosivos :-)
ResponderEliminarGracias, Tor.
Besos.
En muy pocas ocasiones se derrite un corazón de hielo. Está siempre dentro de su cámara frigorífica y solo se descongela cuando muere su cuerpo.Haces bien en quemar poemas de pasión fria que no van con los trópicos de tu corazón.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Eva.
ResponderEliminarSaludos.
Un corazón de hielo ciertamente no nació congelado, tomando las palabras "de polvo eres y en polvo te convertirás", solo un valiente le haría frente a un corazón así tan congelado para descubrir lo que las frías capas de hielo quieren ocultar... nunca un diamante nació sin estar cubierto de cruda piedra...hay razones como malos sabores que le quitan el calor latente a corazones de los sirvientes de la pasión.
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